La gran travesía de la Reunión.
Por Javier Elcuaz.
La isla de la Reunión se encuentra en el océano Índico, a setecientos kilómetros al este de Madagascar. Si a esto le sumamos su origen volcánico, obtenemos como resultado un pequeño paraíso tapizado por bosques tropicales que cubren laderas vertiginosas y picos escarpados. Y para completar el cuadro, un volcán que, cada cierto tiempo, deja escapar la energía contenida en el interior de la Tierra.
El hermoso y accidentado relieve de la Reunión es resultado del descomunal colapso de un volcán de más de cuatro mil metros de altitud que ocupó el centro de la isla. El fenomenal derrumbe creó tres cuencas contiguas, llamadas cirques por su forma circular, de paredes casi verticales y recorridas por pequeñas cadenas montañosas rematadas por picos de cumbres agudas. En la estación lluviosa los ríos y torrentes se precipitan en altas y rugientes cascadas.
Vamos a conocer el interior de la isla mediante la senda de largo recorrido GRR2, también conocida como la Gran Travesía de La Reunión. Sus ciento treinta kilómetros de longitud nos llevarán desde la capital de este Departamento de Ultramar perteneciente a Francia, en el noroeste de la isla, hasta Basse Valleé en el sureste. Atravesando bosques húmedos tropicales, paisajes lunares desprovistos de vegetación o poblados solamente por brezo y unas cuantas plantas que han arraigado sobre antiguas coladas de lava, alcanzaremos las principales cumbres de la isla: la Roche Ecrite, Piton des Neiges and Piton de la Fournaise.
Las once horas de duración de los vuelos, el húmedo calor tropical en los lugares de escasa altitud y los precios propios de un lugar tan alejado, no serán un impedimento para recordar la experiencia en La Reunión como una de las más gratas que se pueden vivir en nuestro variado y frágil planeta.