Por Francisco Martín.
Todo surgió de repente.
Revisando de forma rutinaria el boletín Oficial de la Junta de Castilla y León encontré la orden de la Consejería de Presidencia sobre Voluntariado en ONG y decidí apuntarme. Participar en esta convocatoria es una lotería porque primero has de resultar seleccionado por la Junta y después una ONG tiene que elegirte para su proyecto.
Tuve suerte en ambos procesos y finalmente fui seleccionado para viajar al sur de Mozambique.
Sin saber a ciencia cierta lo que me iba a encontrar estuve cerca de un mes en un orfanato de este país situado muy próximo a la frontera con Africa del Sur y Suazilandia. Aquí la vida se mide en el día a día, sin esperar mucho.
Pero dentro de la resignación y las carencias que viven, la gente se expresa con una alegría explosiva que salta a la vista a poco que nos sumerjamos en la realidad cotidiana, dura pero aceptada con optimismo.
