Por Guillermo Yepes
Terminado el proyecto de «la vuelta al mundo en bicicleta», y de estar los últimos 5 años recorriendo los 5 continentes, las ganas de viajar han superado a todo lo demás, me ha llevado a preparar las alforjas una vez más, y elegir un nuevo destino para pedalear:
Filipinas, un pais formado por más de 7.000 islas, una maravilla natural que quizás sean las grandes olvidades del sudeste asiático.
A lo largo de los 1.500 kms recorridos, he podido conocer sus paisajes del norte, con sus montañas de terrazas para cultivar el arroz, pueblos nativos, unos inaccesibles, otros con antiguas tradiciones como la de enterrar a sus muertos en ataudes colgados de las rocas; que contrastan con las islas del sur, entre selva y playas solitarias de una belleza asombrosa.
En todas sus islas, lejos de las grandes poblaciones, se puede disfrutar de una naturaleza virgen, con cascadas rodeadas de selva, lagunas con agua de mar, recorridos por cuevas, entre los que destaca el que ha sido elegido como una de las nuevas 7 maravillas naturales del mundo, «El rio subterráneo de Puerto Princesa», observar «el tarsier», el primate más pequeño del mundo, contemplar «las colinas de chocolate», o disfrutar de las aguas cristalinas de sus playas…que unido al carácter simpático, amable y hospitalario de sus gentes, han supuesto un gran viaje para recordar…
En este viaje por supuesto, no he podido olvidarme de mis pequeños grandes amigos, los chicos de las Aldeas Infantiles SOS, a los que he tenido la oportunidad de visitar en Cebú, pasar unos agradables días en su compañía, y regalarles unas bicicletas, una para cada casa de la aldea».