Por Manuel Velasco Macarro.
Fue un viaje de casi un mes en solitario. Una experiencia única la cual un año antes jamás pensé que fuese a vivir nunca. Ni siquiera estaba en mis planes. Una amiga me propuso viajar a su país y dije… ¿Por qué no?
Lo primero que me planteé era que ya que iba a viajar tan lejos, el viaje debería dilatarse en el tiempo para rentabilizar los vuelos por lo que decidí dividir el viaje en 3 fases:
Realicé un tour de doce días recorriendo unos km por el río amazonas visitando diferentes lugares, donde tuve la suerte de poder convivir con una comunidad indígena (Uitoto).
Después viajé por el Parque Nacional Tayrona y la ciudad de Santa Marta.
Los últimos diez días los dediqué a conocer Bogotá y sus alrededores, la mina de sal de Zipaquirá y la Villa de Leyva.