Por Pablo Angular.
Después de ir a India en 2015, entiendo ahora, cuando decimos “dale color a la vida”… porque sin duda, en India ,lo llevan al pie de la letra….. Aunque la pobreza es muy latente en sus calles y cunetas de muchos pueblos y ciudades… le “dan un color a la vida” que es increíble, los niños siempre con una sonrisa cariñosa, las mujeres con sus ropajes y vestiduras llenas de colores vivos, los famosos Saris.
Calles enteras pintadas de luz y de alegría, e incluso hasta los camiones de carga y transporte, decorados y adornados con sus guirnaldas y sus flores… Es una explosión de luz… de ganas de vivir, de amar la vida.
Esas calles bulliciosas, de gentes, de Tuc-tus, vacas sagradas, con olor a curry, canela y cardamomo. Rezos a Shiva o plegarias a Ala, de fantásticos templos hinduistas y de la arquitectura refinada Mogol con sus maharajás, fuertes y mezquitas.
Donde podrás descansar en sus famosos Havelis, palacetes de los antiguos comerciantes, de la ruta de la seda, con sus fuentes en sus patios, con el misticismo del Ganges o la belleza imponente del Taj Majal…
Un viaje donde tus emociones estarán a flor de piel…