Por Soyolmaa Erdenebileg. (WORLD SUMMIT Travel Agency )
Mongolia es el país de los nómadas…
Hoy en día, muy pocos países se han mantenido su cultura original de los nómadas y sus
costumbres. Casi la mitad de la población es nómada, viviendo en su GER que es la vivienda
tradicional y pastoreando a su ganado estacionalmente.
Al sur del país enormes dunas de fina arena, retorcidas gargantas discurriendo por montes
rocosos y vastas estepas donde aislados grupos de nómadas atienden su ganado, componen el
desierto del Gobi. Bajo su superficie se han descubierto huevos y restos de dinosaurios que
hoy se exhiben en el Museo de Ciencias Naturales de Ulán Bator.
En el norte de Mongolia, el lago Khuvsgul con sus 136 kilómetros de longitud es la segunda
reserva de agua dulce de Asia. En el invierno su superficie se congela y permite la circulación
de vehículos, aunque se ha prohibido para evitar vertidos contaminantes. En sus orillas
pastores de renos mantienen culturas ancestrales permeadas de chamanismo.
En su frontera oeste se levantan los montes Altai superando los cuatro mil metros de altura.
Pequeñas comunidades de cazadores de origen kazajo mantienen la caza con águilas
cabalgando por estas montañas.
Estos son algunos de los peculiares rasgos geográficos de un país que dejará un recuerdo
imborrable en el visitante que también descubrirá otros atractivos, igualmente poderosos, en
la cultura de sus habitantes.