Myanmar, tierra dorada
Por Gerardo Sánchez-Granjel y Yolanda Moralejo
Birmania, actualmente Myanmar, es un país donde el dorado brilla en sus tierras, en las cúpulas de sus pagodas y stupas, en sus budas gigantes, en la cara de la gente tiznada con thanaka, en sus mercados…. Pero en esta proyección querríamos además acercarnos a una tierra con una diversidad y variedad espectacular: desde las llanuras centrales del Ayeyarwady a las zonas montañosas que rodean el pais, de las tribus karen, shan, intha, pa-o, akha, lahu, kayah, a la población bamar mayoritaria, ….en fin, a un país que exhibe el atractivo del territorio casi desconocido, pero a la vez repleto de encantos para el viajero.
Myanmar no sólo posee una riqueza monumental excepcional sino también una riqueza humana que permite encontrar varios países en uno por sus minorías étnicas, un crisol de grupos y culturas muy diferentes. Este viaje, por un país que está comenzando a abrirse al turismo, recorre sus lugares clásicos como Bagan, el reino de las pagodas, Yangon, una capital cosmopolita, el lago Inle, vivir sobre las aguas, o Mandalay, la fuente de la tradición, pero también otros menos conocidos como la Roca de Oro, en la cima del monte Kyaiktiyo, las cuevas de Pindaya, con miles de Budas dentro,el Monte Popa, morada de los nats, espíritus sagrados.
Ningún país de extremo oriente mantiene una identidad tan misteriosa y sugerente como Myanmar. La «tierra del millón de pagodas», aislada durante décadas, se ha covertido en una de las últimas fronteras, debido a su inaccesibilidad política y a una vida cotidiana todavía guiada por los principios del budismo.