Por Alberto Molino.
(Investigador del Instituto de Astronomía, Geofísica e Ciências Atmosféricas (IAG) de la Universidad de São Paulo).
Con su teoría de la Relatividad General en 1915, Albert Einstein redibujó la imagen
mental que los Sapiens teníamos del Universo. Descubrió un aspecto fundamental
que había pasado desapercibido hasta entonces. El Cosmos dejó de ser un espacio
estático y eterno para convertirse en un lugar finito y dinámico. El Espacio y el
Tiempo, hasta entonces consideradas dos propiedades independientes y absolutas,
se entrelazaron para constituir el tejido del Cosmos; Un tejido elástico, de cuatro
dimensiones, que embebería a todos los cuerpos celestes, determinando tanto su
movimiento por el Espacio como el ritmo al que fluirían por el Tiempo. ¿Y por
qué?. Porque Einstein descubrió que lo que mantenía unidos a los planetas entorno
a sus estrellas era, en realidad, la deformación que la masa de esos cuerpos
provocaba en el tejido del Cosmos. La Gravedad dejó de ser una fuerza “invisible” e
instantánea, tal y como la concebía Newton, para convertirse en un elemento
geométrico y variable.
La misma teoría predijo que la deformación del tejido del Cosmos ocasionada por
dos cuerpos masivos que orbitasen entre sí a gran velocidad, debería propagarse
por el Espacio-Tiempo en forma de una onda. Sin embargo, la amplitud de la
misma sería tan pequeña que resultaría imposible detectarla. En la actualidad, las
Ondas Gravitacionales han sido finalmente observadas confirmando, una vez más,
la validez de la teoría de la Relatividad General. La trascendencia de su
descubrimiento fue reconocida con el Premio Nobel de Física en el año 2017. En
esta conferencia de divulgación científica aprenderemos algunos conceptos básicos
sobre la Relatividad General, qué son las Ondas Gravitacionales y cómo han podido
ser detectadas desde la Tierra.