Por Miguel Ángel Martín Mas
(www.salamancanapoleonica.com)
Entre los años 1808 y 1813 pasaron por nuestra provincia miles de soldados de diversas naciones. Todos vinieron a hacer la guerra pero algunos de ellos también nos legaron testimonios gráficos y narraciones que nos permiten abrir una ventana a la Salamanca y los salmantinos de hace doscientos años.
La provincia de Salamanca -dada su situación geográfica como corredor estratégico entre Portugal y la capital de España- ya había conocido las consecuencias del paso de ejércitos en campaña durante la Guerra de Sucesión (1701-1714) y la Guerra de las Naranjas (1801). Pero lo cierto es que todo aquello no fue nada comparado con lo que le tocaría sufrir a esta tierra a partir del año 1807, cuando el emperador Napoleón I Bonaparte, vencedor absoluto en las batallas de Austerlitz (1805), Jena (1806) y Friedland (1807) puso sus ojos en Portugal, el tradicional aliado de los únicos enemigos que le quedaban por derrotar: los británicos.